martes, 16 de junio de 2015

"ENCADENADOS A NUESTRO PASADO EN LA RED"

Estos días me sorprendió el revuelo que levantaron las palabras de algunas personas que han entrado en política. Palabras dichas en algunos casos hace ya algunos años y que con el paso del tiempo es incluso posible que sus ideas e ideales cambiasen. Eso pasa.

He visto como muchos políticos y periodistas, mucha gente de la calle, muchos tertulianos en televisión y radio discernían con profundidad sobre el tema.

El problema es más profundo y peliagudo de lo que se cree. 

Todos alguna vez hemos dicho algo, incluso alguna barbaridad tremenda, que luego no representaba lo que realmente pensamos sobre un tema determinado. Podemos expresar eso en un momento de ira, de enfado, o como forma de eliminar la tensión que produce sobre nosotros la sociedad. ¡Qué tire la primera piedra el que no haya pensado alguna vez que había que dar un escarmiento duro a los políticos!¡Qué tire la primera piedra quién no hay pensado alguna vez que en nuestro país y en algún momento hacia falta una nueva revolución, incluso una nueva guerra, que hiciese una limpieza profunda en las instituciones para eliminar la corrupción y similares! Yo lo reconozco, lo pensé. 

He pensado que hacía falta un nuevo "golpe de estado" en España que parase muchas actitudes que tienen los políticos basadas en ideas arcaicas e irracionales que verdaderamente poco o nada importan al pueblo o en ideas económicas importadas por obligación de tratados internacionales. La verdad, lo pensé. Ese pensamiento existió en un momento determinado en mi mente. No significa que todavía perdure o que fuese un pensamiento sin una razón lógica.

Ahora imaginemos que me quiero meter en política. Posiblemente, esas ideas de mi pasado aun no siendo las actuales implicarían que desde diversas plataformas de forma inmediata me etiquetasen como alguien que lo que anhela es una dictadura militar o algo semejante, de alguien que quiere eliminar la democracia. Algo muy alejado de lo que realmente pienso. Sobre todo esas antiguas palabras mías saldrían a la luz si mis planteamientos sociales y políticos no concordasen con lo que la mayoría espera de alguien en política. 

¿Por qué no se echa mano de la biblioteca de la red para analizar incluso lo que han dicho muchos políticos en el uso de su cargo? Muchos han dicho y hecho verdaderas barbaridades, y ni han dimitido ni han tenido castigo alguno. Amenazas veladas en los discursos, guiños hacía los secretos ocultos de unos y otros, acusaciones hechas de forma pública o  casi pública. Pero claro, son palabras dichas en el uso de su cargo y no pueden ser perseguidas. Eso si, las que uno puede decir a título personal en un punto determinado de su historia vital pueden ser tenidas como un delito y obligar a que no pueda ostentar un cargo público.

No me gusta esa perspectiva de sociedad. Me da rabia. Lo veo una cosa de idiotas o como dice Umberto Eco, lo veo cosa de esa "invasión de imbéciles" que navegan por la red, y los medios de comunicación sin darse cuenta de que también ellos han dicho y dicen muchas veces barbaridades del mismo o semejante calibre. 

Es preciso que hay en definitiva una regulación sobre el tema. Una regulación seria y justa. Es preciso que los políticos, los periodistas, los comentaristas políticos y los tertulianos puedan ser reprendidos por las barbaridades que dicen sin que se puedan escudar en un cargo público o en un falso derecho de información.

Pero ¿qué es el derecho de información? El verdadero derecho de informar es aquel que permite dar una noticia sin darle un cariz ideológico, algo que tristemente si pasa. La noticia es una noticia, no es un concepto que se pueda unir a una ideología política ni que pueda ser producido por causas políticas. Un incendio forestal o en un edificio es un incendio, no es culpa del partido que gobierna el ayuntamiento que se produzca, tampoco lo es de los que están en la oposición. El problema es que es muy fácil cargar la culpa y patentar una razón ideológica para decir por ejemplo que la razón por la que ha tenido lugar es que no se han puesto lo medios suficientes para evitarlo, mediante controles, vigilancia, creación de una mayor dotación de bomberos y protección civil. 

Estamos atados por nuestras palabras del pasado. Estamos encadenados a ellas lo queramos o no. Ellas nos impiden tener realmente una conciencia libre. Ese encadenamiento nos hace sentir a muchos como si viviéramos en un estado como el de la novela "1984" o como en "Un mundo feliz". 

Fuera libertad de ideas. Hagamos que todos seamos y pensemos igual. 

Me asusta esa perspectiva. Me recuerda planteamientos del pasado que no me gustaría que volviesen. No nos gusta mirar la historia de nuestro pasado, a nivel de nación, a nivel europeo y a nivel mundial. 

Estos días hablan de que Grecia puede dejar la UE. No me extrañaría que eso sucediese pues desde el momento que todos los países de la UE no ratificaron una "Carta Magna" conjunta desde el momento que no se creo una verdadera unión la UE está destinada a desaparecer poco a poco. Es la realidad y eso tristemente no se puede cambiar. 

Esto queda hay encadenando estas palabras mías en este presente al pasado de mi próximo futuro. Algunos las leerán y podrán pensar mal de mi. Otros meditarán sobre ellas. Posiblemente dentro de un mes no piense ya igual que hoy, pero esto ya lo he escrito. Es algo que no se puede cambiar u seguramente hay alguien que cuando yo deje este mundo llegue a encontrarlas y exprese un opinión sobre ellas.